El bruxismo es una de las disfunciones orales más comunes y afecta a personas de todas las edades.
Las causas del bruxismo son diversas y pueden incluir factores emocionales, como el estrés y la ansiedad, o factores físicos, como la mala oclusión dental o la presencia de dientes faltantes. El bruxismo puede provocar una serie de complicaciones dentales y de salud, incluyendo dolor de cabeza, dolor en los músculos de la mandíbula, desgaste dental, fracturas dentales y problemas en la articulación temporomandibular (ATM).
Los síntomas del bruxismo pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen dolor de cabeza, dolor en los músculos de la mandíbula, dolor de oído, dientes sensibles y desgaste dental. En muchos casos, el bruxismo puede ser diagnosticado por un dentista a través de un examen dental y la observación de signos de desgaste dental.
El tratamiento del bruxismo puede incluir la utilización de férulas o protectores bucales, terapia de relajación, fisioterapia y, en casos más graves, tratamiento dental o quirúrgico. Es importante tratar el bruxismo para evitar complicaciones dentales y de salud a largo plazo.